Versión Final– Caracas, 10 de diciembre de 2024-. El primer ministro israelí Benjamin Netanyahu prometió desafiantemente el martes refutar las acusaciones de corrupción en su contra mientras comenzaba a testificar en su prolongado juicio, convirtiéndose en el primer líder israelí en ejercicio en subir al estrado como acusado penal.
El testimonio marca otro punto bajo para el líder con más tiempo en el cargo en Israel, quien también enfrenta una orden de arresto internacional por supuestos crímenes de guerra en Gaza, reseñó AP.
En su declaración inicial en un tribunal abarrotado de Tel Aviv, Netanyahu argumentó que era un líder dedicado y un defensor de los intereses de Israel, desestimando los cargos en su contra como una “gota en el mar” en comparación con los desafíos que ha enfrentado protegiendo a su país.
Sin embargo, los cargos han abierto divisiones en Israel y complicado el legado de Netanyahu, que también ha sido empañado por la guerra en Gaza y el creciente aislamiento internacional que Israel enfrenta debido a ella.
Hablando libremente y aparentando estar cómodo, Netanyahu dijo que podía equilibrar su comparecencia en el juicio con sus deberes como primer ministro en un momento en que Israel todavía está luchando una guerra en Gaza y lidiando con la caída de Bashar Assad en la vecina Siria.
“Esperé ocho años por este momento, para decir la verdad”, dijo Netanyahu, de pie en un podio, con su hijo Avner y varios miembros de su partido Likud sentados en los bancos del tribunal. Dijo que su testimonio “perforará estos cargos absurdos”.
Netanyahu responderá durante sus comparecencias en el tribunal a cargos de fraude, abuso de confianza y aceptación de sobornos en tres casos separados.
Se le acusa de aceptar decenas de miles de dólares en cigarros y champán de un productor de Hollywood multimillonario a cambio de ayuda con intereses personales y empresariales. También se le acusa de promover regulaciones ventajosas para magnates de los medios a cambio de cobertura favorable para él y su familia.
Netanyahu, de 75 años, niega haber cometido delitos, diciendo que los cargos son una caza de brujas orquestada por la prensa y un sistema legal sesgado para derrocar su gobierno. Su testimonio culmina años de escándalos que han rodeado a él y a su familia, quienes han ganado una reputación de disfrutar de un estilo de vida lujoso a expensas de los contribuyentes.