La Patilla – Caracas, 9 de febrero de 2024. Quince y 13 años. El más joven, inimputable. Mataron a su madre en su vivienda de Castro Urdiales (Cantabria). Supuestamente el mayor es el autor material, pero eso no cambia mucho las cosas. Ahora todo son preguntas, pero las respuestas no van a consolar a nadie. El hecho es tan brutal que no hay explicaciones al alcance del común de los mortales. Los menores cuentan a la Guardia Civil que el crimen es consecuencia de los castigos, ellos dicen que físicos, por sus malas notas. Pero la alcaldesa asegura que eran unos alumnos excelentes.
«Qué ironía. No dices nada para evitar conflictos y vives en conflicto por no decir nada». Este fue uno de los últimos mensajes publicados en una red social por Silvia López Gayubas, la víctima de este crimen atroz, cuyo cuerpo sin vida fue encontrado la tarde del miércoles en la vivienda familiar. La investigación sospecha; en realidad es una certeza, que los responsables de la muerte son sus dos hijos adoptivos, menores, a los que la Guardia Civil localizó horas después del crimen escondidos en un parque cercano del municipio.
Asiento trasero
El cadáver de Silvia López Gayubas, de 48 años, fue encontrado a primeras horas de la noche con una bolsa de plástico en la cabeza, con algunos golpes y al menos una herida de arma blanca en el cuello, mortal. Estaba en el asiento trasero de su coche, en el garaje del chalé en el que vive la familia. El vehículo estaba empotrado en la pared del fondo.
Los dos menores, una vez cometido el crimen, llamaron a su abuela por teléfono e inventaron que habían sido secuestrados. La mujer llamó de inmediato a la Guardia Civil, que se movilizó. Cuando los agentes se trasladaron a la vivienda familiar descubrieron el cadáver. Otras informaciones apuntan a que la llamada la hace la abuela de forma casual y es a su hija. El teléfono lo habría descolgado su nieto mayor, que le dijo que había pasado algo muy grave.
En todo caso, en cuanto se produjo la comunicación y llegaron los agentes al chalé de la víctima comenzó la búsqueda de los menores. También se descartó desde el principio un caso de violencia machista porque el padre trabajaba en Bilbao en el momento de ocurrir los hechos. Al ser informado de lo sucedido, sufrió un ‘shock’. Normal.
Los primeros datos indican que los hechos ocurrieron el miércoles por la tarde. Los agentes hallaron alrededor de las 20.40 horas de la noche el cadáver de la víctima amordazado y con la bolsa tapándole cabeza en los asientos traseros de su coche en la calle Monte Cerredo en Castro Urdiales. La Guardia Civil y la Policía Local establecieron pronto controles por la localidad para tratar de encontrar a los menores que estaban en paradero desconocido y a los que se apuntó desde el inicio al no encontrarlos en la casa ni responder a las llamadas de su padre. Ambos fueron adoptados, al parecer en Rusia, hace años.
Durante la búsqueda, de unas cinco horas, la Guardia Civil y la Policía Local pararon coches y abrieron maleteros de vehículos, por si la hipótesis del secuestro se confirmaba. No solo eso, sino que se presentaron en casa de varios compañeros de clase de los menores (el mayor cursa 4º de la ESO) para preguntarles si sabían algo de ellos. «Nos despertaron y nos dijeron que era un tema delicado, sin explicarnos más», cuenta a ABC el padre de un compañero de clase del mayor de los hermanos, sin poder reponerse ante lo sucedido.
En unos acantilados
No obstante, con el paso de las horas ya se tuvo claro que los dos menores eran los responsables de la muerte de la mujer. A las dos y cuarto de la madrugada, cinco horas después de comenzada la búsqueda, se les encontró escondidos en la zona de acantilados del parque de Cotolino. Según informa ‘El Diario Montañés’, uno de ellos fue detenido allí mismo y el otro intentó escapar a la carrera, aunque fue interceptado en una zona de árboles próxima.
Silvia, muy religiosa y vinculada a la parroquia Mosaico de la localidad, había estado dando catequesis esta misma semana. Nadie detectó ninguna situación extraña en ese entorno, según las fuentes consultadas por ABC. Un miembro de la parroquia explica que se habían enterado por la Prensa sin dar crédito. «A los chicos los conocemos menos, pero solían ir a misa los domingos antes con sus padres», dice.
Tampoco podían imaginar una tragedia de este tipo en el hospital de Cruces, donde Silvia trabajaba como celadora. Sus compañeros, que conocieron la noticia a lo largo de la mañana, están «impactados».
Se sospecha que uno de los menores es el presunto autor de la muerte de su madre y el otro le ayudó. Los investigadores no han concretado cuál de ellos, aunque se supone que es el mayor porque tenía ascendente sobre su hermano.
Castro Urdiales, tras conocerse la noticia, está en ‘shock’. El mayor, de 15 años, fue trasladado al cuartel de la Guardia Civil, mientras que su hermano, de solo 13, quedó a disposición de la Fiscalía de Menores, dado que es inimputable, es decir, no tiene responsabilidad penal. La titular del Juzgado de Instrucción número 5 de Santander ha acordado el internamiento en régimen cerrado durante seis meses del hijo mayor.
Alguno de los compañeros de los chicos comentó a los investigadores, cuando los buscaban, que el mayor tenía algunos comportamientos despectivos e incluso de cierta violencia con las chicas. Pero no hay denuncias previas ni se conocía una situación problemática, al menos de puertas para afuera. Un responsable de la parroquia de la que su madre era asidua confirmó a ABC ese extremo. Veremos.
La alcaldesa de Castro Urdiales, Susana Herrán, mostró su «consternación por esta trágica noticia». «Nuestro sentimiento es de absoluta tristeza. Es lamentable que ocurran actos así», añadió la regidor. El Ayuntamiento de Castro Urdiales ha decretado tres días de luto oficial y ha suspendido las fiestas de carnaval, según se acordó ayer en la junta de portavoces.