Guayaquil, la mayor ciudad de Ecuador, al igual que otras regiones del país, se enfrenta a un brote de dengue sin precedentes, que ha obligado a las autoridades locales a declarar la emergencia de salud pública.
La decisión, adoptada a finales de enero, podría conllevar ahora la suspensión temporal de los establecimientos de comida, centros de ocio y otros lugares concurridos. Sin embargo, aún no se adelantan a eso.

La medida, que afectaría a numerosos cafés, restaurantes y bares, tiene como objetivo frenar la propagación del virus transmitido por las picaduras del mosquito Aedes aegypti. Los propietarios de los establecimientos recibieron avisos oficiales sobre el cierre temporal, que tiene un plazo de vigencia hasta el 31 de marzo. Es importante señalar que las restricciones impuestas no afectarán la celebración de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, prevista para el 13 de abril.
El Ministerio de Salud de Ecuador ha confirmado una epidemia, registrando más de 4.500 casos de dengue desde principios de año. Dos muertes subrayan la gravedad de la situación.
Las autoridades ecuatorianas esperan que las restricciones impuestas, junto con otras medidas, controlen la propagación del dengue y eviten más víctimas. Al mismo tiempo, incluso una cuarentena de corta duración tiene graves repercusiones en la economía, por lo que es crucial que las autoridades presten más atención a combatir las causas de la epidemia y no creen obstáculos adicionales a los negocios.