France24 – Valencia, 2 de abril de 2025-. Brasil intensifica su lucha contra el dengue con una nueva vacuna. Brasil enfrenta por segundo año consecutivo una severa epidemia de dengue en todas las regiones de su vasto territorio. Varios expertos creen incluso que 2025 podría ser el peor año jamás registrado en el país tropical. Solo el pasado mes de enero se registraron más de 170.000 casos de la enfermedad y 38 muertes confirmadas.
Además, en 2024, Brasil alcanzó el récord de más de 6,6 millones de casos de dengue, con más de 6.000 muertes, también una cifra inédita, según datos del Ministerio de Salud.
Desde el año pasado, el Ejecutivo brasileño ofrece gratuitamente la vacuna Qdenga, desarrollada por el laboratorio japonés Takeda, en las clínicas de familia del Servicio Único de Salud.
Sin embargo, de momento solo están disponibles para niños y adolescentes de entre 10 y 14 años, el tramo de edad en el que se produce el mayor número de hospitalizaciones, dado que todavía no hay dosis suficientes para toda la población.
Para resolver este problema, el Gobierno está desarrollando una vacuna nacional, en colaboración con el Instituto Butantan de São Paulo y la empresa WuXi Biologics. La denominada como Butantan-DV será la primera vacuna contra el dengue de dosis única del mundo.
Brasil intensifica su lucha contra el dengue con una nueva vacuna
El proyecto arrancó el año pasado, pero será solo a partir de 2026 que 60 millones de dosis estarán disponibles. Otras 40 millones de dosis serán producidas en 2027, sumando un total de más de 100 millones de dosis producidas en tres años.
También existe la posibilidad de incrementar esa cantidad según la demanda y la capacidad de producción. El objetivo es atender a la población contemplada por el Programa Nacional de Inmunizaciones entre 2026 y 2027.
Esper Kallás, director del Instituto Butantan, médico infectólogo y profesor del Departamento de Enfermedades Infecciosas y Parasitarias y del Centro de Investigaciones Clínicas del Hospital das Clínicas, explica que Butantan-DV es una vacuna tetravalente, diseñada para proteger contra los cuatro serotipos del virus del dengue.
En su opinión, esta característica es fundamental para prevenir reinfecciones más graves, que pueden ocurrir cuando una persona infectada con uno de los serotipos del virus contrae otro tipo.
“No se puede crear una vacuna que proteja sólo contra uno o dos tipos de virus. Es necesario que cubra los cuatro serotipos para garantizar una protección completa”, destaca.

A la espera de que la vacuna brasileña llegue a los centros públicos de salud, Brasil intenta combatir la enfermedad con otros sistemas, principalmente aquellos que permiten la eliminación de los brotes del mosquito Aedes aegypti, responsable del contagio.
En este contexto, cobra mayor relevancia el método Wolbachia, implantado en Brasil hace una década para reducir la incidencia del dengue y de otros arbovirus.
¿Cómo funciona el método Wolbachia?
La Wolbachia es una bacteria presente en el 60% de los insectos, incluidos algunos mosquitos. Sin embargo, no se encuentra de forma natural en el Aedes aegypti, el vector principal del dengue en humanos. Cuando la bacteria está presente en este mosquito, impide que los virus del dengue, Zika, chikunguña y la fiebre amarilla se desarrollen en su cuerpo, contribuyendo a la reducción de enfermedades.
Hace unos 17 años, en Australia, el conocido investigador Scott O’Neill, fundador del Programa Mundial de Mosquitos, decidió extraer la Wolbachia de las moscas de la fruta y colocarla en huevos de Aedes aegypti.
“En aquel momento, yo estaba haciendo un post-doctorado con el grupo de Scott O’Neill e hicimos un descubrimiento muy inusual: cuando Wolbachia está en el mosquito Aedes aegypti, bloquea el virus del dengue”, cuenta a France 24 el científico Luciano Moreira, líder do método Wolbachia no Brasil.
Tras este hallazgo, el Programa Mundial de Mosquitos, que en su momento se llamó ‘Eliminar el Dengue’, salió de Australia y fue implantado en Vietnam, Indonesia y en otros países del Pacífico.
Finalizado el postdoctorado, Moreira regresó a Brasil y resolvió llevar el programa a su centro de investigación, la Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz), que abrazó esta iniciativa.
“Esto aconteció en 2012 y en 2014 empezamos a realizar las primeras pruebas de campo, en las ciudades de Río de Janeiro y Niterói, que se ha convertido en un laboratorio a cielo abierto, con buenos resultados, según el Departamento de Salud de esa ciudad”, destaca Moreira.
Actualmente, Niterói tiene unos niveles de contagio muy por debajo de la media nacional y desde 2023 es la primera ciudad brasileña en tener el 100% de su territorio cubierto por este método.
Los resultados saltan a la vista. En 2021, cuando se cubrió el 75% de la ciudad, se registró una reducción del 69,4% en los casos de dengue, del 56,3% en los casos de chikunguña y del 37% en los casos de Zika. En 2023, esta ciudad de casi 482.000 habitantes tuvo tan sólo 55 casos de dengue en la ciudad, según datos de la Dirección Municipal de Salud.
“En el pasado, Niterói sufría mucho por las epidemias. En un artículo publicado en 2021, revelamos resultados muy prometedores, con un 70% menos de casos de dengue en las áreas que recibieron el programa. Hoy estamos ultimando un nuevo artículo científico: después de algunos años de este programa en Niterói, pudimos detectar una reducción de más del 90%. En breve, este artículo estará disponible para toda la población científica”, revela Moreira.
Ahora, el Ministerio de Salud de Brasil reconoce la importancia de este método, que está siendo ampliado a un total de 11 municipios, entre ellos Campo Grande, en Mato Grosso do Sul; Belo Horizonte, en Minas Gerais; Petrolina, en Pernambuco; y más recientemente, en ciudades del sur de Brasil, que antiguamente no tenían casos de dengue, ni tampoco presencia del mosquito Aedes aegypti. La incidencia del cambio climático está extendiendo el rayo de acción de este insecto a otras regiones de Brasil.
En la actualidad, existe una fábrica de wolbitos, como se llaman estos mosquitos, que no están modificados genéticamente. Allí son producidos alrededor de 10 millones de huevos por semana.
“Es importante señalar que, a día de hoy, no necesitamos seguir introduciendo la bacteria Wolbachia en los huevos. Esto ya se hizo en Australia hace 17 años. Nosotros sólo multiplicamos estos mosquitos a gran escala. Y la hembra del mosquito Aedes aegypti transmite la Wolbachia a toda su descendencia”, explica Moreira.
Con información de France24.