Crónica Uno – Valencia, 6 de diciembre de 2024-. Los caficultores venezolanos alzaron su voz para exigir a la agroindustria que cumpla con el pago del quintal de café a precios internacionales, como se estableció en un acuerdo suscrito con el Gobierno en 2023.
Actualmente, el saco de café se cotiza entre $307 y $310 en mercados foráneos, pero en Venezuela se paga hasta un 50 % menos de su valor real, lo que deja ganancias ínfimas para los productores.
“Hace un par de años atrás se llegó a un acuerdo en que el precio del quintal de café sería pagado por la agroindustria a precio internacional, que en ese momento estaba en $200 y eso fue publicado en Gaceta Oficial. Sin embargo, esto no se está cumpliendo. Los precios internacionales del café están disparados, por temas climáticos en Brasil y Vietnam, que son dos de los grandes productores mundiales y, lamentablemente, en nuestro país no podemos ver esos beneficios”, expuso uno de los productores afectados, quien pidió mantener su nombre en reserva.
Competencia desleal
El caficultor señaló que hay un grupo de empresas que controlan la totalidad del mercado venezolano, porque adquieren la mayoría de la producción a bajos precios. Por ese motivo, denunció, imponen un precio que no es acorde, lo que deja a los productores en desventaja con respecto a sus competidores más cercanos como lo son Colombia y Brasil.
“Nosotros no estamos exigiendo nada fuera de la ley, queremos que se cumplan los acuerdos ya firmados y, por supuesto, el mejor escenario para nosotros sería que se pagara a precios internacionales”, insistió el caficultor.
Reveló que la agroindustria paga por el quintal de café entre $150 y $200. No obstante, reconoció que ha habido una mejoría, porque a principios de año el productor solo recibía entre $90 y $100 por saco.
El pago se devalúa
Otra situación que también impacta significativamente a los productores está relacionada con el pago de la cosecha, pues se realiza en bolívares. Esta modalidad de pago presenta varios desafíos y complicaciones.
En primer lugar, la fluctuación constante del valor del bolívar genera incertidumbre en los ingresos de los agricultores, quienes deben planificar sus gastos y reinversiones basándose en una moneda que no mantiene su poder adquisitivo.
Además, el retraso en los pagos por parte de intermediarios o compradores puede llevar a una presión financiera adicional y dificulta la sostenibilidad de sus operaciones agrícolas.
“Nos están pagando las cosechas en bolívares a tasa del Banco Central de Venezuela. Nosotros estamos conscientes que la moneda de curso legal en el país es el bolívar, pero también la industria y las autoridades deben entender que la compra de insumos, de repuestos, maquinaria, incluso hasta el combustible, debemos pagarlo en dólares y cuando nos pagan la producción, ese dinero ya está devaluado”, reveló el caficultor.
Explicó que uno de los grandes retos para la agroindustria es el aumento del precio del café en el anaquel, que actualmente se cotiza entre $10 y $13 por kilogramo.
“La agroindustria no quiere pagarnos a precio internacional, porque eso los obligaría a aumentar el precio del café en el anaquel y no pueden hacerlo porque el consumo de café ha bajado en Venezuela por los altos precios. La sugerencia es que se asesoren con los industriales colombianos, que pagan a los productores el precio internacional por quintal y el café en el anaquel es mucho más barato que en Venezuela. Esa es la fórmula que se debe aplicar”, finalizó el productor.
La vialidad afecta la producción
Otro aspecto crítico que afecta a los productores es la insuficiencia de infraestructura. El 21 de noviembre pasado, productores denunciaron la caída del puente El Bongo, en la troncal 001. Este problema vial ha afectado a unos 20.000 caficultores en los estados Trujillo y Portuguesa.
A pesar de la denuncia de Fedeagro, las autoridades solo iniciaron los trabajos de reconstrucción el 2 de diciembre, lo que ha generado un retraso significativo en la recolección y transporte de las cosechas.
La directora nacional del café, por la Confederación de Asociaciones de Productores Agropecuarios (Fedeagro), Guzmerly Páez, indicó que en el gremio están sumamente preocupados por la lentitud con que se han realizado los trabajos.
“Esta es una zona muy cerca de la falla de Boconó, donde Los terrenos son inestables. La caída de este puente compromete la comunicación terrestre con la ciudad de Guanare, Biscucuy, Campoelía, Chabasquén y parte del estado Trujillo”, reveló.
Asimismo, resaltó que el rubro está en plena zafra y los productores hacen grandes sacrificios para poder sacar el café de sus unidades de producción.
“En estos momentos también estamos preocupados por el transporte de combustible necesario para las cosechas. Vamos en el 70 % de la cosecha”, apuntó.
Sin puente
La dirigente gremial hizo un llamado urgente a las autoridades para que tomen medidas efectivas y solucionen este problema. Subrayó la importancia de que se implementen políticas adecuadas que garanticen un entorno más favorable para la actividad agrícola.
“El gobernador de la entidad ha hecho presencia en la zona afectada, prometiendo en un mes aproximadamente se reestablecerá el puente. Pero esta fecha afecta a los productores, porque estaríamos paralizados. Por eso exhortamos a que la solución sea lo más pronto posible”, sostuvo.
Advirtió que tal como ocurrió en la troncal 001, en su momento, la troncal 007 está también está al borde del colapso. Esta es la única vía que tienen para movilizarse en estos momentos, problema que resalta como muy grande.
“Las lluvias han azotado estas zonas, poniendo en riesgo vidas, cosechas y vías de transporte”, aseguró Páez.
Estancamiento tecnológico
Pedro Vicente Pérez, director ejecutivo de Fedeagro y productor de café, destacó que otro factor que impacta de manera significativa a los caficultores es el estancamiento tecnológico en el sector. Este estancamiento se traduce en la falta de acceso a nuevas herramientas y técnicas agrícolas que podrían mejorar la productividad y la calidad del café.
“Venezuela no tiene acceso a nuevas tecnologías para sus campos de cultivos. Los equipos nos resultan demasiado costosos y no llegan a nuestro territorio nacional”, reveló.
Por otra parte, mencionó que la dificultad para conseguir diésel en el país. La prolongada escasez afecta a los productores de las regiones, pues disminuye la cantidad de café que se puede producir en un día.
El empresario aseguró que la caficultura en Venezuela, a pesar de tener más de 400 marcas y una producción que supera el millón de quintales, “sigue haciendo esfuerzos frente a los diferentes problemas económicos, sociales y políticos”
Crónica Uno solicitó comentarios de representantes de la agroindustria con respecto a la denuncia realizada por los caficultores. Sin embargo, hasta esta publicación no se había recibido respuesta.
Con información de Crónica Uno.