Valencia, 8 de mayo de 2025-. Habitantes de Petare siguen viviendo con temor tras muerte de «El Wilexis». Habitantes de José Félix Ribas viven bajo un temor profundo. La muerte de «El Wilexis» no trajo el alivio esperado. Ahora la presencia constante de fuerzas de seguridad genera zozobra y desconfianza. Colectivos y otras bandas también infunden miedo.
Tras tomar el control, autoridades aseguran que la delincuencia disminuyó. Los asesinatos bajaron de 61 a solo dos. Estas muertes fueron de presuntos miembros de la banda. Solo registran detenciones por delitos menores.
Sin embargo, los habitantes afirman que la criminalidad persiste. Otros grupos delictivos operan en la zona. La presencia policial y de colectivos parece enfocada en control social, no en reducir el crimen.
Habitantes de Petare siguen viviendo con temor tras muerte de «El Wilexis»
«El Wilexis» lideró una megabanda por una década. Ejerció control territorial y dominaba delitos. Impuso una gobernanza criminal con violencia armada.
En 2020 hubo enfrentamientos violentos con «El Gusano». Balaceras y una incursión policial dejaron ocho muertos. «El Gusano» murió y «El Wilexis» escapó.
Residentes de otros barrios relatan tiroteos recientes. Balas perdidas entraron en viviendas. Los habitantes temen declarar y prefieren el silencio por prudencia.
Tras la muerte de «El Wilexis», la policía amenazó a vecinos. Intentaron vincularlos con la banda sin pruebas. Las autoridades pidieron a vecinos identificar colaboradores, generando disputas y rumores.
Un habitante atribuye el miedo a las represalias por denunciar. «A los vecinos que han intentado denunciar algo después de la muerte de Wilexis, los persiguen y vigilan», señaló.
La tensión aumentó con el asesinato de una líder comunitaria. La policía detuvo a un periodista que cubrió el hecho. Luego confirmaron la muerte de dos sospechosos en supuestos enfrentamientos.
El temor a ser señalados llevó a algunos residentes a abandonar sus hogares. Otros planean emigrar. Se sienten vigilados constantemente por funcionarios encapuchados de la PNB y operativos del Cicpc.
Habitantes señalan que, aunque José Félix Ribas está custodiado, sectores como San Blas y La Pajarilla siguen siendo «zona roja». Hace tres meses ocurrió una «masacre» en esa área.