Valencia, 10 de septiembre de 2025-. Cada vez son más los migrantes venezolanos que se ven forzados a regresar a su país. Elio Mora, venezolano de 45 años, fue deportado desde Estados Unidos tras cinco semanas detenido por el ICE.
«Duré cuatro días durmiendo en el piso, comiendo un burrito y agua», relata Mora sobre su paso por la prisión.
Tras ser enviado a México, inició el regreso a Venezuela atravesando seis países hasta llegar a Necoclí, puerto del Caribe colombiano.
La migración inversa, según Naciones Unidas, ha afectado a al menos 14.000 venezolanos desde enero, muchos con intención de regresar a su país.
Mora y otros hombres compraron pasajes a Medellín para luego continuar hacia Cúcuta y cruzar a San Antonio del Táchira.
Cada vez son más los migrantes venezolanos que se ven forzados a regresar a su país
Hace dos años, Necoclí enfrentó una avalancha migratoria con más de 20.000 personas en un pueblo de 25.000 habitantes.
Hoy la situación es distinta: según Migración Colombia, solo entre enero y junio llegaron 12.150 migrantes en flujo inverso.
El alcalde Guillermo José Cardona señala que la llamada ‘migración inversa’ es menor a la publicitada, aunque algunos retornan rápidamente.
Apoyo y desafíos locales
El pastor José Luis Ballesta, de la iglesia local, ofrece comida diaria a 200 migrantes, aunque el comedor cerrará pronto por falta de fondos.
«Con la tristeza de que la migración no ha terminado», señala Ballesta, quien organiza turnos y prepara raciones limitadas.
Los migrantes enfrentan desafíos para continuar su camino, dependiendo de pasajes y ayuda de comunidades locales, con la esperanza de reencontrarse con sus familias.
Mora planea llegar al cumpleaños número 12 de su hijo menor en Venezuela, tras años separado, mientras reflexiona sobre la soledad del regreso.