Valencia, 23 de mayo de 2025-. Una familia venezolana se autodeportó de EE.UU. por temor a políticas de Trump. Una familia venezolana se deportó voluntariamente por miedo. Temen las políticas migratorias que aplica el gobierno de Donald Trump en Estados Unidos. José Alberto Rondón, de 37 años, contó a Telemundo su pánico. Vio a muchos paisanos enviados al Cecot en El Salvador por tener tatuajes.
«Lloraba viendo las historias en TikTok», dijo a Telemundo. Se refería a las masivas deportaciones. También al envío de 252 venezolanos a la cárcel de máxima seguridad salvadoreña.
Una familia venezolana se autodeportó de EE.UU. por temor a políticas de Trump
La larga travesía y el regreso a casa
Para llegar de Venezuela a Estados Unidos, José Alberto, su esposa e hija cruzaron el Darién. En México, se montaron en «la Bestia» o tren de la muerte. Viajaron 18 horas «a merced de las ruedas». Además, cruzaron caudalosos ríos y caminaron largos trechos.
En suelo americano, llegaron a Texas y se establecieron en Chicago. José Alberto trabajaba como soldador. Después de tres años, regresó a casa con su familia. No quiere ir a la cárcel, algo que nunca vivió en su nación.
El venezolano sabe que ganará menos en su país. En una semana ganará lo que hacía en un par de horas en Chicago. Pero tendrá paz mental, algo que no tenía en EE. UU. «Nadie sobrevive con un sueldo de un dólar y medio», dijo a Telemundo. «Pero prefiero estar aquí, pasando hambre, que vivir ese trauma de ir preso».
La angustia familiar y nuevas políticas migratorias
La misma angustia la sintió su madre con las deportaciones. «Todos los días me enviaba mensajes», dijo la madre de José Alberto. «Me daba miedo que lo agarraran».
La zozobra de su progenitora también perturbaba a José Alberto. Ese fue otro motivo para autodeportarse. Ahora están todos juntos en Guarenas, estado Miranda. «Y como dice mi mamá, ‘aquí nunca falta un plato de comida'», dijo animado José Alberto.
Desde su presidencia, Donald Trump ha establecido nuevas políticas migratorias. Ordenó la eliminación de CBP One, una aplicación de asilo. También suspendió todas las citas con autoridades migratorias. Decretó un «estado de emergencia» en la frontera sur. Argumenta que los flujos migratorios irregulares asedian la soberanía.
Suspendió el programa humanitario para migrantes de Venezuela, Cuba, Nicaragua y Haití. También puso fin al Estatus de Protección Temporal (TPS). Con este programa se ampararon unos 607.000 venezolanos. Hoy se mantienen en un limbo legal y aterrados por su destino.
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