El Impulso – Caracas, 11 de mayo de 2023.- La Sociedad venezolana Sociedad Venezolana para Niños y Adultos Autistas (Sovenia) define el autismo como un trastorno del neurodesarrollo que afecta el funcionamiento cerebral en áreas relacionadas con la interacción social, las habilidades de comunicación y las actividades de ocio y juego. Dichas afectaciones pueden ser verbales o no verbales.
Este suele ser más común en niños que en niñas. En el caso de las niñas puede ser un poco más difícil de detectar.
Cabe destacar que las personas con autismo pueden tener vidas completamente funcionales, tal como las de una persona neurotípica (que no tienen trastornos del neurodesarrollo).
María Russo, directora de Sovenia explica que los síntomas aparecen en los primeros tres años de vida. «Hemos tenido casos de pequeñitos a los que se les detecta desde los 14 meses de vida», indica.
Según el DSM-5, una guía utilizada para el diagnóstico de los trastornos de salud mental en niños y adultos, una persona debe cumplir, por lo menos, con siete de los 14 síntomas detectados por un psicólogo a través de distintas pruebas que ayudan a determinar el grado de autismo, que va desde el leve al severo (grado 1 al 3).
El manual expone que la gravedad de cada categoría se basa en deterioros de la comunicación social y en patrones de comportamiento restringidos y repetitivos.
Russo recuerda que a la doctora Lilia Negrón, pionera en los estudios del autismo en Venezuela y presidenta fundadora de Sovenia, le generaba preocupación que las personas con autismo grado 1 son más propensas a sufrir de depresión.
Por esa razón, insta a las personas a buscar especialistas, «no porque estén enfermos», sino para que reciban las herramientas que los ayuden a lidiar con ciertos aspectos de la cotidianidad e invita a los padres a formarse y dar el apoyo necesario para sus hijos e hijas.
El DSM-5 incorporó en el 2013 dentro de las categorías del Trastorno del Espectro Autista (TEA), a lo que anteriormente se le conocía como síndrome de Asperger. Sin embargo, todavía esta decisión genera cierta controversia tanto en especialistas como en «los aspies», como se llaman a sí mismos algunos con esta condición.
¿Cómo detectarlo?
El autismo no es una enfermedad, es una condición. Por lo tanto, no se cura. Sin embargo, un diagnóstico temprano puede ayudar a las personas a tener herramientas que ayuden a mejorar su calidad de vida.
Patricia Castillo, directora del Caipa (Centro de Atención Integral para Personas con Autismo), ubicado en Montalbán, recomienda esperar a los seis años aproximadamente para tener un diagnóstico definitivo.
«Dentro del TEA hay muchas condiciones asociadas, entonces, antes de esa edad se debe estar en etapa preventiva. Siempre sugiero que se les dé su tiempo para tener un diagnóstico certero y brindar la atención y tratamientos requeridos», dice.
Aunque existen distintos tipos de autismo y diferencias entre ellos, hay signos que pueden ayudar a detectar y advertir si la persona tiene algún Trastorno del Espectro Autista (TEA). Entre ellos están:
- Poca interacción social.
- Hipersensibilidad sensorial (le molestan los ruidos fuertes, olores, textura de alimentos, ciertos tipos de tela).
- Intereses restringidos.
- Juegos repetitivos.
- No acepta cambios de rutina.
- Poco o nulo contacto visual.
- Dificultad para expresar necesidades.
- Poca tolerancia a la frustración.
En cuanto a la parte alimenticia, la directora de Sovenia explica que con la condición pueden venir alteraciones del sistema nervioso, gastrointestinal, deficiencias enzimáticas, intoxicaciones o algunas deficiencias que no dejan funcionar al cerebro como debe ser.
«Con los años hemos averiguado que las personas con autismo tienen muchas sensibilidades alimentarias acumulativas, (que no necesariamente son alergias) que con el tiempo causan inflamación que pueden afectar el cerebro (neuroinflamación)», indica.
Cuenta que en Sovenia el tratamiento va acompañado de la parte alimenticia, por lo que su dieta se basa en alimentos libres de glúten, procesados, lácteos y otros que no tengan alta carga tóxica para el organismo.
Sostiene que las personas también reciben toxinas que están en el ambiente como minerales o metales pesados en sustancias como el agua, así como productos de higiene personal (desodorantes y pasta de dientes).
Agrega que por esto las personas con autismo deben tener un proceso de desintoxicación alimenticia. «Los doctores nos han descrito a las personas con autismo como un barril que se va llenando hasta que se desborda y empiezan a ocurrir problemas de salud», ejemplifica.