Red Digital Noticias – Caracas, 5 de noviembre de 2024-. «Estamos mejor, pero bien no estamos», resumió la mañana del martes Maribel Albalat, alcaldesa de Paiporta, una localidad cerca de la ciudad de Valencia, que da nombre a la región, considerada el epicentro de la catástrofe con más de 70 fallecidos.
En esta ciudad de 25.000 habitantes, que ya recuperó el agua potable pero no la electricidad en su totalidad, «se han visto afectadas el 100% de las viviendas, el 100% de los comercios», dijo Albalat a la televisión pública TVE.
Como todos los días después de la catástrofe provocada el martes pasado por tormentosas lluvias -en algunos lugares cayó en horas lo que llueve en un año-, un ejército de voluntarios con palas y baldes llegan a esta y otras zonas devastadas para ayudar en la limpieza.
Sin embargo, para retirar los vehículos apilados por la fuerza de las riadas se necesitan equipos profesionales.
«Necesitamos maquinaria, necesitamos gente profesional que venga a limpiar las calles, para que las personas puedan bajar y puedan empezar a levantar sus casas, sus negocios», agregó la alcaldesa.
Para hacer frente al enorme costo de la catástrofe, el Gobierno regional de Valencia ya dispuso 250 millones de euros (270 millones de dólares), con exenciones fiscales y compensaciones, y el Parlamento validó el martes una ayuda directa de 30 millones de euros (32 millones de dólares) para las personas afectadas.
Se espera que el presidente del Gobierno español,Pedro Sánchez, anuncie una serie de medidas para las zonas devastadas tras el consejo de ministros de este martes, según avanzan los medios españoles.
Una semana después de las históricas inundaciones, el número provisional de muertos se eleva a 218 fallecidos, 214 sólo en Valencia, tres en Castilla-la-Mancha y uno en Andalucía.
Los juzgados ya han autorizado la entrega de «cerca de medio centenar de cadáveres» de los fallecidos a sus familiares, indicó el Tribunal Superior de Justicia de Valencia en la red social X.
Y la prioridad sigue siendo aún la localización de los desaparecidos, cuyo número exacto no ha sido comunicado.
Las operaciones se centran en estacionamientos y construcciones subterráneas, que se inundaron completamente y todavía no han sido del todo inspeccionados.
La Unidad Militar de Emergencias (UME), un cuerpo que actúa ante catástrofes, instaló numerosas bombas para disminuir el agua.
Los buzos lograron entrar el lunes en el estacionamiento subterráneo de un gran centro comercial en Aldaia, una localidad de 31.000 habitantes en las afueras de Valencia.
La expectativa era máxima toda vez que de sus 5.700 plazas, casi la mitad están bajo tierra, e incluso han circulado muchas noticias falsas sobre lo que allí puede encontrarse, pero hasta ahora, las autoridades no han recuperado ningún cadáver.
«¿Los políticos dónde están?»
En Picanya todavía hay vecinos que no han aparecido, dijo Josep Almenar, el alcalde de esta localidad, que una semana después de las inundaciones sigue luchando por «sacar la basura» y los automóviles de las calles.
La agencia estatal de meteorología, la Aemet, aseguró el lunes que la «crisis meteorológica» sobre Valencia finalmente había terminado, pero la crisis continúa.
«Sexto día ya, sexto día, sólo la gente ayuda, sólo la gente, sólo la solidaridad de la gente. ¿Y los políticos dónde están? ¿Dónde están?», se preguntó el lunes Matilde Gregori, dueña de una tienda destruida en la ciudad de Sedaví.
Esta exasperación se vio en toda su amplitud el domingo cuando una comitiva con los reyes de España, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el presidente regional de Valencia, Carlos Mazón, fue recibida en Paiporta con gritos de «asesinos» y con lanzamiento de bolas de barro, palos y otros objetos.