DW – Valencia, 21 de marzo de 2025-. ONU contabiliza más de 8.900 migrantes muertos en ruta en 2024. Al menos 8.938 personas murieron en rutas migratorias en todo el mundo en 2024, la cifra más alta desde que en 2014 comenzara sus registros la Organización Internacional para las Migraciones de Naciones Unidas (OIM).
La cifra publicada este viernes supone un aumento del 2,1 % respecto a 2023, cuando se registró la muerte de al menos 8.747 migrantes, y es el cuarto año consecutivo en el que las víctimas aumentan desde 2020, el año con menos fallecimientos en parte por la reducción de los flujos que produjo la pandemia de COVID-19.
«Una tragedia inaceptable que se puede evitar»
«El número creciente de migrantes muertos en el mundo es una tragedia inaceptable que se puede evitar», comentó la directora general adjunta de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) en un comunicado.
ONU contabiliza más de 8.900 migrantes muertos en ruta en 2024
Por primera vez desde 2019 la ruta mediterránea no ha sido la más letal para los migrantes: en ella fallecieron el pasado año al menos 2.452 personas, mientras que el mayor número de muertos se produjo en las rutas de Asia (2.778), donde flujos como el de afganos a Irán se situaron entre los más peligrosos en el mundo.

Desapariciones en México
El reciente descubrimiento de restos humanos en un lugar de «reclutamiento y exterminio» del Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG) en el Rancho Izaguirre, una finca localizada en el municipio de Teuchitlán, estado de Jalisco, México , hizo saltar una vez más a la luz pública el tema de las desapariciones de personas. Más de 120 mil ciudadanos han desaparecido en ese país desde el comienzo de la guerra contra el narcotráfico, en 2006, y la cifra sigue aumentando rápidamente año tras año.
Expertos en derechos humanos consultados por DW coinciden en que, a pesar de reformas legales, el Estado mexicano no ha sido capaz de implementar estrategias efectivas para combatir ese delito de lesa humanidad.
ONU contabiliza más de 8.900 migrantes muertos en ruta en 2024
De 26 a 63 desaparecidos por día en México
Desde que asumió el cargo la presidenta Claudia Sheinbaum, en octubre del año pasado, ya han desaparecido 6.626 personas, destaca en entrevista con DW Michael Chamberlin, experto en derechos humanos. «Con su predecesor, Andrés Manuel López Obrador, fueron 26 desapariciones por día; ahora estamos en casi 63», estima el investigador del Center for International Policy.
«Puede corresponder a un problema estadístico, a que de golpe hayan metido nuevos datos al registro nacional», atenúa Chamberlin, quien, sin embargo, critica las fallas en ese registro, cuyos datos se publican de forma atrasada, muchas veces no coinciden con los números de las fiscalías locales, y además, se publican en formatos cada vez más crípticos. «Pero aún si asumimos eso, el número es altísimo», apunta.
Las fiscalías no logran investigar desapariciones
Para Edgar Cortez, coordinador del Instituto Mexicano de Derechos Humanos y Democracia (IMDHD), el incremento tiene varias causas: «Primero, sigue la impunidad, y además no tenemos investigaciones exitosas», dice el defensor de derechos humanos, culpando fundamentalmente a las fiscalías, que «no logran hacer investigaciones exitosas que den con el paradero de las víctimas y determinen a los responsables.»
También destaca una falta de análisis a fondo por parte de las autoridades del Gobierno del fenómeno de las desapariciones, que pueden tener muchas causas, desde una estrategia del terror perpetrado por el crimen organizado, pasando por la trata de personas, hasta la violencia intrafamiliar y otros problemas de índole social.
A todo esto, se añade la complicidad de autoridades con el crimen organizado y la falta de una política preventiva.
Son fallas históricas, según Chamberlin: «Los últimos cuatro gobiernos han negado la situación, criminalizando las víctimas, echando la culpa a los grupos criminales y desligando al Estado de sus responsabilidades.»
Culpar a otros y simular acciones
Según el investigador, no existe un diagnóstico del Estado mexicano por falta de interés en el asunto. «Es un mal de todos los políticos: en lugar de asumir responsabilidades, culpan a los opositores», lamenta.
El especialista encuentra una posible explicación de ello en la complejidad del problema, que necesita políticas de largo plazo, con programas de una o dos décadas de duración: «Todos los gobiernos son cortoplacistas, les resulta más fácil una simulación de acciones para mantener su imagen, que tratar el problema de fondo».
Cortez también observa esa característica en el Gobierno de la presidenta Sheinbaum y sus propuestas inmediatas para atender a esta crisis, que presentó luego del escándalo público, cuando se descubrieron los horrores del campamento del CJNG en el Rancho Izaguirre.
Con información de DW.