Nueva disputa entre Perú y Colombia por isla amazónica reaviva tensiones diplomáticas. El presidente colombiano, Gustavo Petro, abrió un nuevo frente diplomático con Perú al acusar públicamente al gobierno de Dina Boluarte de “ocupar un territorio que es de Colombia”, en referencia a la isla amazónica de Santa Rosa, ubicada frente a la ciudad de Leticia.
La afirmación, publicada en X este martes, sorprendió a Lima. El canciller peruano Elmer Schialer respondió que Petro está “mal informado”, y defendió que Santa Rosa —donde habitan unas 3.000 personas— forma parte del territorio peruano desde la firma del Tratado fronterizo de 1922 y su delimitación de islas en 1929, insistiendo en que “no se trata de un territorio emergido recientemente”, sino de una porción desgajada de la isla peruana de Chinería.
Nueva disputa entre Perú y Colombia por isla amazónica reaviva tensiones diplomáticas
La polémica estalló luego de que el Congreso peruano aprobara en junio la creación del nuevo distrito de Santa Rosa de Loreto, lo que Colombia interpreta como un acto unilateral sobre una zona cuya soberanía considera aún por definir. Petro reaccionó anunciando que trasladará la conmemoración de la Batalla de Boyacá a Leticia como gesto simbólico de soberanía amazónica.
Colombia sostiene que la isla surgió por sedimentación después de 1929 y pertenece a una zona fronteriza cambiante cuya asignación debe determinarse en conjunto, por lo que presentó una nota de protesta formal y pidió reactivar la Comisión Mixta de Inspección de Frontera (COMPERIF). El gobierno colombiano teme además que los cambios en el curso del río —acelerados por la deforestación y el clima— terminen alejando el Amazonas del puerto de Leticia, afectando su posición estratégica y comercial.
Perú, por su parte, afirma que desde los años 70 ejerce presencia efectiva en Santa Rosa con escuela, puesto de migraciones y aduanas, sin objeción previa de Bogotá, por lo que no piensa pedir autorización para administrar lo que considera “territorio propio”.
Expertos internacionales coinciden en que el Amazonas es una “frontera viva” y que han surgido al menos siete nuevas islas que requieren una revisión binacional para evitar disputas. Analistas advierten que, si bien Petro suele lanzar declaraciones incendiarias con fines políticos, esta vez el riesgo para Colombia es real, pues Leticia podría perder su acceso directo al río hacia 2030 si el cauce sigue desviándose hacia el Perú.
Las relaciones diplomáticas entre ambos países venían recuperándose tras la crisis que desató el apoyo de Petro al expresidente Pedro Castillo en 2022. Esta controversia amenaza con enturbiarlas nuevamente si no se encauza por la vía técnica y diplomática.
