Meteorólogos de EE. UU. trabajan sin salario en misiones por el huracán Melissa durante cierre del Gobierno. En plena emergencia por el paso del huracán Melissa, el más poderoso de la temporada atlántica, meteorólogos y pilotos estadounidenses del NOAA (Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica) continúan trabajando sin recibir pago debido al prolongado cierre del Gobierno de Estados Unidos, que ya cumple un mes.
“El equipo de cazahuracanes de NOAA está arriesgando sus vidas para recolectar información vital sobre Melissa”, destacó el Comité de Comercio del Senado, que elogió la labor voluntaria de los científicos.
Uno de los aviones cazahuracanes, el WP-3D Orion “Kermit”, voló esta semana al ojo del ciclón para medir su intensidad, mientras otro aparato se vio obligado a regresar a su base en Curaçao por turbulencias “más fuertes de lo normal”. En ese momento, el huracán alcanzaba vientos de 295 km/h, categoría 5.
Meteorólogos de EE. UU. trabajan sin salario en misiones por el huracán Melissa durante cierre del Gobierno
El cierre del Gobierno, generado por el bloqueo político entre republicanos y demócratas sobre el presupuesto y los subsidios de salud, ha paralizado agencias clave como FEMA, responsable del programa de seguros contra inundaciones.
Según The New York Times, científicos retirados han regresado como voluntarios o practicantes sin paga para ayudar en el análisis del fenómeno, descrito por la Organización Meteorológica Mundial (OMM) como “la tormenta del siglo para Jamaica”.
Exdirectores del NOAA advirtieron en The Hill que los recortes del 27 % en el presupuesto de la agencia y la pérdida de más de 2.000 empleados desde 2021 “han debilitado la capacidad del país para responder a desastres”.
“Cada dólar arrebatado a la NOAA significa alertas más débiles, una respuesta más lenta y menos protección para las comunidades”, escribieron Jane Lubchenco, Kathryn Sullivan y Richard Spinrad.
El huracán Melissa ha dejado al menos 32 muertos —23 en Haití, cuatro en Jamaica, cuatro en Panamá y uno en República Dominicana— además de millones de afectados en Cuba, donde tocó tierra como categoría 3.
