Exilio venezolano en Florida vive entre miedo y desilusión. El periodista Jorge Ramos visitó El Arepazo, icónico restaurante en Doral, para escuchar cómo la comunidad venezolana enfrenta el exilio. El local, propiedad de Alexis Mogollón, funciona desde hace dos décadas como centro político y cultural de la diáspora.
Más de ocho millones de venezolanos salieron de su país desde 1999; de ellos, un millón vive en Estados Unidos. Sin embargo, políticas migratorias más restrictivas generaron temor e incertidumbre en Florida, epicentro de la comunidad.
Caída en ventas y miedo a redadas
Mogollón reconoció que sus ventas cayeron hasta 68% porque muchos evitan reunirse en sitios visibles por temor a redadas. “La gente está aterrorizada”, dijo. Pese a ello, el restaurante sigue siendo símbolo de resistencia y diálogo político.
Exilio venezolano en Florida vive entre miedo y desilusión
El abogado Angel Leal advirtió que la eliminación de programas como el parole humanitario dejó a miles en un limbo legal. También cuestionó que se considere seguro el retorno a Venezuela “cuando el país sigue bajo una dictadura”.
Una mujer relató que espera respuesta a su asilo desde hace una década. “Ser deportada sería impensable”, confesó.
Muchos votaron por Donald Trump esperando protección, pero hoy sienten traición y desilusión. “Mi palabra es desilusión”, afirmó Mogollón.
Presión militar y contradicciones
La comunidad también debatió el despliegue de buques estadounidenses frente a Venezuela, percibido como amenaza militar contra Nicolás Maduro. Algunos apoyan la idea de una intervención, mientras otros temen un alto costo humano.
La activista Adelys Ferro señaló la contradicción: mientras hay presión militar, Chevron importa petróleo y aerolíneas bolivarianas operan en Estados Unidos. “¿Enemigos o socios estratégicos?”, cuestionó.