Devoción popular y reconocimiento oficial marcan la canonización del médico laico. Venezuela celebra la canonización de José Gregorio Hernández (1864-1919), el primer santo del país, según explica Silvia Correale, postuladora en el proceso vaticano.
Correale destaca que nunca había visto una devoción igual y subraya que la canonización es importante para todo el pueblo venezolano. La abogada recuerda que incluso el cardenal Pietro Parolin, nuncio en Venezuela durante cuatro años y actual secretario de Estado vaticano, recibía constantes preguntas sobre cuándo José Gregorio sería canonizado.
El médico, reconocido por su fe y sus logros científicos, atendía gratis a los pobres, lo que sorprendía y conmovía a la población. Murió atropellado mientras compraba medicinas para un paciente necesitado, actuando hasta el final con caridad.
La devoción popular fue evidente desde su muerte: en Caracas, durante su funeral, la multitud llevaría el féretro de hombro en hombro al grito de “José Gregorio es de todos”. Correale afirma que esta veneración atraviesa generaciones y comunidades, incluyendo judíos y musulmanes, quienes contribuyeron en actos de reconocimiento hacia su figura.
Devoción popular y reconocimiento oficial marcan la canonización del médico laico
Correale también resalta que José Gregorio es un santo laico, ejemplo de caridad y servicio, y que su canonización refleja la identidad nacional y la devoción del pueblo venezolano.
Junto a él, se canoniza la madre Carmen Rendiles (1903-1977), fundadora de la Congregación de las Siervas de Jesús. La religiosa, descrita como humilde y cercana, será un ejemplo para las mujeres venezolanas, uniendo la santidad de laicos y consagrados en la historia del país.
La celebración, que se realiza bajo el pontificado del papa León XIV, marca un hito para Venezuela y refuerza la importancia de figuras que combinaron fe, servicio social y excelencia profesional.
