Telemundo – Valencia, 3 de abril de 2025-. Deportaciones de Trump amenazan con daño “irreparable” a enfermos bajo cuidado de inmigrantes. Alanys Ortiz interpreta los gestos de Josephine Senek antes de que hable. Josephine, quien padece una rara enfermedad genética, mueve los dedos cuando está cansada y muerde el aire cuando siente dolor.
A Josephine, de 16 años, le han diagnosticado trisomía 8 en mosaico, autismo severo, trastorno obsesivo-compulsivo grave y trastorno por déficit de atención con hiperactividad, entre otras afecciones, por lo que necesitará asistencia y supervisión constantes el resto de su vida.
Ortiz, una inmigrante venezolana de 25 años, es la cuidadora de Josephine. Es ella quien la ayuda a comer, a bañarse y a realizar otras tareas cotidianas que la adolescente no puede hacer sola en su casa de West Orange, Nueva Jersey. En los últimos dos años y medio, dijo Ortiz, ha aprendido a frenar ciertas cosas que detonan crisis graves en la joven: ahora cierra las puertas y despega las etiquetas de las manzanas para calmar su ansiedad.
Pero la capacidad de Ortiz para trabajar en Estados Unidos ha sido puesta en duda por el Gobierno de Donald Trump, que ordenó poner fin al programa de estatus de protección temporal (TPS) para algunos venezolanos a partir del 7 de abril. La orden está atascada en los tribunales. Si la terminación sigue adelante, Ortiz tendría que abandonar el país o arriesgarse a ser detenida y deportada.

“Nuestra familia quedaría destrozada”, precisó Krysta Senek, madre de Josephine, que ha estado tratando de conseguir una extensión a los beneficios legales de Ortiz.
Los estadounidenses dependen de muchos de estos trabajadores nacidos en el extranjero para ayudar a cuidar a familiares mayores, enfermos o con discapacidad que no pueden valerse por sí mismos.
Casi seis millones de personas reciben cuidados en un hogares o centros, y unos dos millones reciben estos servicios en una residencia de ancianos u otra institución de cuidados a largo plazo, de acuerdo con la Oficina Presupuestaria del Congreso.
Cada vez más, los trabajadores que prestan esos cuidados son inmigrantes como Ortiz. El porcentaje de trabajadores nacidos en el extranjero en residencias de ancianos aumentó tres puntos porcentuales entre 2007 y 2021, hasta situarse en torno al 18%, según un análisis de los datos del censo realizado por el Instituto Baker de Políticas Públicas de la Universidad Rice de Houston.
Y los trabajadores nacidos en el extranjero representan una elevada proporción de otros proveedores de atención directa. Más del 40% de los asistentes sanitarios a domicilio, el 28% de los trabajadores de cuidados personales y el 21% de los auxiliares de enfermería eran nacidos en el extranjero en 2022, frente al 18% de los trabajadores en general ese año, según datos de la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS).
Esa mano de obra está en peligro en medio de la arremetida contra la inmigración que el presidente, Donald Trump, lanzó desde su primer día de regreso al cargo. Trump firmó órdenes ejecutivas que ampliaron el uso de las deportaciones sin audiencia judicial, suspendieron la acogida de refugiados y, en días recientes, pusieron fin al programa de parole humanitario para personas de Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela.
Al invocar la Ley de Enemigos Extranjeros para deportar a venezolanos e intentar revocar la residencia legal permanente de otros inmigrantes, la Administración Trump ha desatado el temor de que incluso aquellos que siguen las leyes de inmigración corren peligro.
“Simplemente hay una ansiedad general sobre lo que todo esto podría significar, incluso si alguien está aquí legalmente”, dijo Katie Smith Sloan, presidenta de LeadingAge, una organización sin fines de lucro que representa a más de 5,000 hogares de ancianos, centros de vida asistida y otros servicios para pacientes de edad avanzada. “Es perjudicial para un entorno de atención de la salud”.
Deportaciones de Trump amenazan con daño “irreparable” a enfermos bajo cuidado de inmigrantes
El cierre de las vías para que los inmigrantes trabajen en Estados Unidos también significa que muchos otros trabajadores extranjeros pueden irse a otros países donde son bienvenidos y necesarios, de acuerdo con Smith Sloan.
“Estamos compitiendo por la misma reserva de trabajadores”, afirmó.
Con información de Telemundo.