Crisis en “Doralzuela”: el temor migratorio vacía negocios y hogares venezolanos en Florida. En el corazón de Doral, Florida, el restaurante El Arepazo, ícono de la comunidad venezolana, luce casi vacío. Su dueño, Alexis Mogollón, observa los estantes despejados y las mesas vacías como un reflejo de la caída en ventas más severa desde su apertura.
El ambiente en este suburbio de Miami, conocido como “Doralzuela” por su alta población venezolana, ha cambiado drásticamente. Lo que antes era un punto de encuentro de familias migrantes hoy muestra el impacto de las nuevas políticas de inmigración impulsadas por el gobierno de Donald Trump, que busca poner fin al Estatus de Protección Temporal (TPS) concedido en 2021.
“Cada día se va más gente”, comenta Mogollón. Muchos de sus clientes y amigos temen ser deportados y han optado por abandonar Estados Unidos. Aunque reconoce que “había que limpiar la casa”, también admite que algunas medidas debieron tomarse “con más respeto y cuidado”.
Según cifras locales, en Doral viven alrededor de 27.000 venezolanos, que representan cerca del 40 % de la población. Muchos apoyaron a Trump en las elecciones de 2024, pero hoy sienten los efectos de las políticas que antes respaldaban.
Crisis en “Doralzuela”: el temor migratorio vacía negocios y hogares venezolanos en Florida
La agente inmobiliaria Ana Cristina Barreto, venezolana residente en Doral desde 2015, confirma que el mercado inmobiliario está paralizado. “Es algo atípico, nunca había visto esto. Las casas no se rentan, los precios bajan y las operaciones se detienen”, explica. Propiedades que antes se alquilaban en días ahora llevan meses sin ofertas.
La incertidumbre ha provocado que los inmigrantes reduzcan sus gastos, afectando al comercio y a la gastronomía local. “A veces llaman para preguntar si hubo redadas de Inmigración. Es el miedo de todos los días”, cuenta Mogollón.
En abril, el Ayuntamiento de Doral firmó un acuerdo de cooperación con el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE), lo que intensificó el temor. La vicealcaldesa Maureen Porras advirtió que la economía local “colapsaría” si se deporta a los beneficiarios del TPS: “La comunidad venezolana es la que construyó esta ciudad”.
Los efectos ya se sienten: restaurantes vacíos, propiedades sin alquilar y familias que empacan de nuevo para irse. “Si sigue la incertidumbre con el TPS —dice Barreto—, la parte inmobiliaria va a ser un caos”.
Doral, que alguna vez fue símbolo del sueño migrante venezolano en EE.UU., enfrenta hoy su mayor prueba: sobrevivir al miedo que amenaza con vaciar sus calles.
Con información de CNN.