Cabello: quien pide invasión renuncia a su nacionalidad. El retiro de nacionalidad a Leopoldo López, solicitado por el presidente Nicolás Maduro, ha generado un intenso debate político, jurídico y emocional dentro y fuera de Venezuela.
Durante su programa semanal, Diosdado Cabello afirmó que “quien se alista en un ejército enemigo renuncia tácitamente a su nacionalidad”, en alusión directa al dirigente opositor. Cabello acusó a López de apoyar una invasión extranjera, lo que, según él, justificaría la medida presentada ante el Tribunal Supremo de Justicia por el Ejecutivo.
Sin embargo, el artículo 35 de la Constitución venezolana establece que ningún ciudadano por nacimiento puede ser privado de su nacionalidad bajo ninguna circunstancia.
La vicepresidenta ejecutiva, Delcy Rodríguez, informó que también se anuló el pasaporte de López, quien reside en España desde su exilio en octubre de 2020. La medida se fundamenta en el artículo 130, que obliga a los ciudadanos a “honrar y defender la patria”, aunque juristas cuestionan su aplicación en este contexto.
Cabello: quien pide invasión renuncia a su nacionalidad
Desde Madrid, Leopoldo López respondió que “jamás podrán quitarme lo que soy”, reafirmando su identidad venezolana y su compromiso con la libertad del país. Aseguró que esta acción busca silenciar las voces críticas y desviar la atención de los problemas internos del gobierno de Maduro.
Organismos internacionales y defensores de derechos humanos han expresado preocupación por el precedente que podría sentar este caso. Algunos sectores lo consideran una estrategia para deslegitimar a opositores y consolidar el poder mediante mecanismos jurídicos cuestionables.
En redes sociales, las reacciones se multiplican entre quienes apoyan la decisión y quienes la califican de inconstitucional y peligrosa. El debate ha reavivado discusiones sobre la soberanía, el derecho a la disidencia y los límites del poder presidencial.
El retiro de nacionalidad a Leopoldo López no solo pone a prueba el marco legal venezolano, sino también la madurez democrática del país. Más allá de las posturas políticas, el caso plantea una reflexión sobre el respeto a los derechos fundamentales y la necesidad de preservar la nacionalidad como un vínculo inquebrantable entre el ciudadano y su nación.
Con información de agencias.
