Pescadores de Maracaibo acorralados ante operaciones militares en El Caribe. Pescadores del lago de Maracaibo viven atemorizados por las operaciones militares en el Caribe. Pescadores del lago de Maracaibo temen que los ataques estadounidenses los alcancen por error. Wilder Fernández, joven pescador, captura cuatro peces y confiesa su pavor al salir a faenar. Su esposa le pide que deje la pesca; él responde que no hay alternativas laborales.
El despliegue y los ataques
Desde el 2 de septiembre, EE. UU. atacó seis embarcaciones en el Caribe, según la Casa Blanca. Washington afirma que destruyó redes de narcotráfico; criticares exigen pruebas. El presidente Donald Trump anunció evaluaciones para una posible incursión terrestre. Además, autorizó a la CIA operaciones encubiertas en Venezuela, según su comparecencia.
Pescadores de Maracaibo acorralados ante operaciones militares en El Caribe
Miedo y vida cotidiana
Los pescadores se cohíben de salir a alta mar por temor al fuego cruzado. Jennifer Nava, vocera local, advierte del riesgo para la economía pesquera y las familias. Muchos jóvenes podrían ser reclutados por redes criminales como transportistas, añade Nava. Usbaldo Albornoz relata la resistencia de su tripulación a volver a faenar. La pesca sufre además piratería, derrames petroleros y caída de ingresos.
Reacción política y militar
El gobierno venezolano denuncia una amenaza militar y ordenó alistamiento y entrenamiento masivo de civiles. Más de 16.000 pescadores se inscribieron en milicias oficiales, según el ministro de Pesca. El Ejecutivo advierte sobre posibles bombardeos, bloqueos navales y sabotajes. Por su parte, Estados Unidos sostiene que no reconoce a Nicolás Maduro como presidente y justifica acciones contra «narcoterroristas».
Entre la valentía y la resignación
Algunos pescadores, como José Luzardo, prometen defender el país y rechazan el miedo. Otros solo piden paz y trabajo para mantener a sus familias. Mientras tanto, el nerviosismo por los ataques marca la pesca diaria en el lago más extenso de Venezuela. Pescadores del lago de Maracaibo siguen navegando, pero lo hacen con miedo y cautela.