A un año de la muerte de Liam Payne, inicia juicio a dos acusados por drogas. A un año de la muerte del cantante británico Liam Payne en Buenos Aires, familiares y seguidores esperan el inicio de un juicio que, contra la voluntad de la Fiscalía argentina, sentará en el banquillo solo a dos de los cinco procesados, ambos por venta de drogas.
Payne, exintegrante de One Direction, falleció a los 31 años el 16 de octubre de 2024 tras caer del tercer piso del hotel CasaSur, después de consumir alcohol, cocaína y antidepresivos durante los tres días que permaneció en la ciudad.
Durante su visita a Argentina, Payne estuvo acompañado por el empresario Rogelio Nores, quien gestionó su ingreso al hotel y se presentó como contacto de referencia. Según el expediente judicial, Nores conocía el estado de intoxicación del cantante y omitió solicitar asistencia médica, aunque parte de su defensa afirmó que era solo un amigo. La Fiscalía lo imputó por “abandono de persona” y “homicidio culposo”, pero fue sobreseído en febrero de 2025.
A un año de la muerte de Liam Payne, inicia juicio a dos acusados por drogas
El día del incidente, Payne estaba desorientado y agresivo, según declararon empleados del hotel, rompiendo mobiliario y bajando varias veces a la recepción. En su última salida, minutos antes de las cinco de la tarde, llevaba una botella de whisky y perdió el conocimiento en un sillón. Personal del hotel lo trasladó a su habitación, pero su cuidado fue insuficiente, lo que derivó en las imputaciones por abandono de persona contra Gilda Agustina Martín, encargada del hotel, y Esteban Reynaldo Grassi, jefe de recepción, quienes también fueron sobreseídos.
Los únicos acusados que serán juzgados son Braian Nahuel Paiz y Ezequiel Pereyra, ambos jóvenes y en prisión preventiva desde noviembre de 2024, imputados por venta de drogas. Paiz conoció al artista en un restaurante y Pereyra trabajaba en CasaSur como intermediario.
El padre del cantante, Geoffrey Payne, declaró que Liam era vulnerable y se comunicaba con él a través de Nores, quien tenía plena responsabilidad sobre su cuidado durante su último tratamiento en Miami. Fanáticos mantienen un altar en el lugar donde falleció, recordando al artista un año después.