Zona Docs – Caracas, 8 de diciembre de 2022. Después de desayunar, Freddy Manuel Yépez busca por lo menos un cambio de ropa entre los montículos de prendas acomodados en las mesas del comedor Casa Betania.
Este es uno de los espacios que se ha convertido en un refugio temporal para los migrantes venezolanos en Ciudad Juárez, entre ellos Freddy, quienes, tras el desmantelamiento de su campamento, instalado junto al Río Bravo, el pasado 27 de noviembre, quedaron en condición de calle.
El desalojo de migrantes de ese lugar no ha impedido que los venezolanos continúen llegando a Ciudad Juárez o permanezcan en esta frontera a la espera de cruzar a Estados Unidos para solicitar asilo.
Otras noticias: ¡Sigue sucediendo! Ahora caballos corren en círculos en China (video)
Pero sin el campamento, desde hace ocho días una gran parte de la comunidad venezolana se encuentra dispersa en esta comunidad fronteriza. Muchos de ellos duermen en las calles y escondidos de agentes de la policía municipal porque los retiran de los espacios públicos y los somete a revisiones exhaustivas e incluso les ha robado dinero, señalaron los migrantes.
Algunos han encontraron refugio en iglesias, otros se fueron a albergues y salen a trabajar durante el día.
Freddy, que en su natal Venezuela era maestro de Educación Física, se entregó a las autoridades estadounidense unos días después de que el juez de Distrito en Washington, Emmet Sullivan, bloqueó el Título 42 y otorgó cinco semanas al Gobierno de Joe Biden para que deje de aplicar esta regulación.
Algunos han encontraron refugio en iglesias, otros se fueron a albergues y salen a trabajar durante el día.
Freddy Manuel estuvo en el campamento un mes y cinco días.