Alberto News –Caracas, 10 de septiembre de 2024-. El día más esperado de la carrera por la Casa Blanca finalmente llegó. Este martes 10 de septiembre el mundo conocerá las propuestas de Kamala Harris y Donald Trump, candidatos a la Presidencia de Estados Unidos. El gran debate se realizará esta noche a las 9:00 p.m. (hora local) y será retransmitido por cadenas televisivas en todo el mundo.
Este será el encuentro que deje “los puntos sobre las íes” en la decisión de los estadounidenses, viéndolos en vivo durante 90 minutos en el plató del National Constitution Center de Filadelfia.
Ambos candidatos estarán de pie, detrás de un atril y solo con un bloc de notas, un bolígrafo y un vaso de agua a su disposición. A diferencia de los debates de años anteriores, en este no habrá público como en el único debate Trump-Biden de la actual campaña, reseñó CNN.
Poco se sabe de cómo está preparando el debate Trump. Asesores del expresidente contaron a CBS News que, acostumbrado a los preparativos informales, ha estado revisando posiciones políticas con su equipo.
Según la media nacional elaborada por el portal Five Thirty Eight, en el total del voto nacional la vicepresidenta está 2.8 puntos por delante del exmandatario, con el 47.1 por ciento frente al 44.3 por ciento, cuando faltan menos de dos meses para las elecciones del 5 de noviembre.
El expresidente también se encontrará en aguas desconocidas. Tras saltarse los debates de las primarias republicanas, Trump se enfrentará ahora a su segundo rival demócrata en otras tantas citas, pero a diferencia del presidente Joe Biden, cuya campaña implosionó en el escenario de Atlanta en junio, Harris presenta un desafío muy diferente.
Hasta ahora, Harris ha disfrutado de una campaña encantadora. Se abalanzó sobre la candidatura tras el abandono de Biden en julio, y en las semanas siguientes se disparó, tanto en las encuestas como en la recaudación de fondos. Su ventaja económica es evidente.
Pero, la carrera está más reñida que nunca, y el electorado exige cada vez más información sobre Harris y su programa político, una laguna de conocimiento que crea oportunidades y escollos para ambos bandos.
Por el lado de Trump, este es su séptimo debate presidencial en unas elecciones generales. En el camino, ha lanzado una mezcolanza típicamente trumpiana de promesas y posiciones a menudo contradictorias, ha promovido y luego huido del “Proyecto 2025”, y ha tratado de vincular a Harris con el historial de Biden, en particular en la frontera, al tiempo que lanzó frecuentes ataques personales de género y raciales.
La cuestión fundamental de cara a su encuentro en Filadelfia, uno de los debates nacionales de mayor envergadura en una generación, es si uno de ellos puede transmitir un mensaje convincente a los votantes indecisos al tiempo que refuerza la confianza de sus respectivas bases.
Más que su discurso en la convención, el debate servirá de plataforma para que Harris responda a algunas de esas preguntas. Hasta ahora, se ha centrado especialmente en dos cuestiones: el costo de la vida y los derechos reproductivos. Este último es su punto fuerte. Su posición es mucho más popular que la de Trump y su capacidad para hablar de ello es mucho mayor que la de Biden. También encaja perfectamente en un mensaje más amplio sobre las libertades personales.
La economía es un tema más espinoso. Su campaña, hasta ahora, ha tratado de mantenerse cercana a lo que la administración Biden ha estado predicando y, al mismo tiempo, inyectarle una frescura populista que entusiasma a los demócratas y gana a los votantes indecisos escépticos.