Valencia, 5 de noviembre de 2025-. Tensión en el Caribe afecta pesca trinitense y genera temor entre los trabajadores del mar. La creciente tensión entre Venezuela y Trinidad y Tobago ha generado preocupación entre los pescadores de la zona.
El despliegue del buque estadounidense USS Gravely en Puerto España durante cuatro días aumentó la preocupación local.
En Cedros, los pescadores permanecen en reposo en sus embarcaciones y playas. Kendrick Moodee, de 58 años, dice que se sienten “más cautelosos”.
Solo 10 kilómetros separan la península trinitense de las costas venezolanas, y los guardacostas de ambos países complican la actividad marítima.
Antes, los pescadores solían faenar en aguas venezolanas por su abundancia de peces. Hoy, denuncian violencia y extorsión por parte de la guardia venezolana.
Rakesh Ramdass, pescador de 42 años, confiesa que el miedo persiste, pero salir al mar sigue siendo la única fuente de ingresos.
Tensión en el Caribe afecta pesca trinitense y genera temor entre los trabajadores del mar
Los guardacostas trinitenses también dificultan la pesca debido a la ruta de tráfico de drogas, armas y migrantes venezolanos.
Los bombardeos estadounidenses a presuntas “narcolanchas” han dejado al menos 65 muertos en la región, incluidos trinitenses.
Persad-Bissessar, primera ministra trinitense, apoya acciones militares contra traficantes mientras critica a Nicolás Maduro. Caracas respondió suspendiendo acuerdos gasíferos y declarándola persona non grata.
La tensión militar y diplomática convierte a los pescadores en blancos de sospecha y afecta la economía local, según diplomáticos de la región.
La vida entre la pesca y la migración
En Icacos y Cedros, los pescadores salen al mar con menos regularidad. Antes partían 20 o 30 embarcaciones; ahora apenas cinco.
Venezolanos indocumentados, como Yacelis García y su familia warao, viven en condiciones precarias, dependiendo de la pesca para sobrevivir.
Juan Salazar, cuñado de Yacelis, dice que no se aventura lejos de la costa por miedo a ser capturado y deportado a Venezuela.
El aumento de patrullajes, la presencia militar y la criminalidad han transformado la pesca en una actividad arriesgada en la región caribeña.
