Crónica Uno – Valencia, 7 de marzo de 2025-. Leidy experimentó un cambio radical en su vida hace 11 años, cuando una bala perdida impactó en su columna vertebral y la dejó con una discapacidad motora que la obliga a desplazarse en silla de ruedas.
Antes de este incidente, la mujer de 38 años de edad, asistía regularmente al ginecólogo, pero tras el accidente, su relación con el cuidado de la salud se vio afectada.
Su última visita al consultorio quedó marcada por una experiencia incómoda: no le permitieron entrar sola, un claro ejemplo de las barreras sociales y físicas que enfrenta diariamente.
Leidy evita hablar de salud sexual y reproductiva, convencida de que no tiene necesidad de realizar chequeos ginecológicos, ya que no tiene pareja.
“No me hago citología desde hace varios años”,confiesa.
Esta situación no es única, siete de cada 10 mujeres no han recibido educación sexual adecuada según el informe Conocimiento y ejercicio de los derechos sexuales y derechos reproductivos de mujeres y adolescentes con discapacidad, elaborado por el Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa, por sus siglas en inglés) en 2024.
La desinformación sobre la salud sexual y reproductiva es alarmante, describe el informe de Unfpa. 53% de las mujeres y adolescentes con discapacidad no sabe por qué debe acudir a consulta ginecológica.
Magdymar León, coordinadora de la Asociación Venezolana para una Vida Sexual Alternativa (Avesa), destaca que muchas de ellas no tienen acceso a una educación integral de sexualidad (EIS) adaptada a su condición, especialmente las que padecen discapacidades psicosociales.
León explica que, aunque algunas reciben educación, no garantiza el acceso al conocimiento.
“Estas debilidades en el acceso a la EIS interfieren en la autonomía y decisiones vinculadas a la vida sexual y reproductiva de las personas con discapacidad”.
Educación con prejuicios
Leidy, quien es profesional en Contaduría Pública, admite que su desconocimiento sobre educación sexual se debe a los prejuicios sociales que hay sobre las personas con discapacidad.
León añade que la información sobre la EIS que reciben las personas con discapacidad proviene de sus familiares, amigos o alguien cercano. Muchas veces esta información puede estar cargada de prejuicios o estigmas, lo que genera una visión sesgada con respecto a la sexualidad.
La situación en Venezuela es crítica, explica la psicóloga clínica, y advierte que esta brecha de información aumenta la vulnerabilidad de las mujeres con discapacidad de convertirse en víctimas de violencia sexual.
«Esto es consecuencia de la ausencia de materiales de educación integral de la sexualidad desarrollados en braille, alto contraste, videos subtitulados, en lengua de señas venezolana y con adaptaciones temáticas por tipo de discapacidad».
Son derechos fundamentales
A pesar de que la Constitución de Venezuela y la Ley Orgánica de Salud reconoce la importancia de la salud sexual y reproductiva, así como este derecho, en la práctica la realidad es otra.
León explicó que en la práctica existen muchas debilidades en cuanto a la garantía de los derechos, como el acceso a métodos anticonceptivos, a la educación sexual y a consultas ginecológicas diferenciadas.
«Las personas con discapacidad a menudo se enfrentan a muchas más barreras significativas para acceder a servicios de salud sexual reproductiva de calidad, lo que limita su autonomía, capacidad de decisión y bienestar general. Se puede decir que, aunque existe un marco normativo, no se cumple a cabalidad».
Un avance en materia de salud
El Ministerio de Salud, en colaboración con el Unfpa, desarrolló un protocolo para mejorar la atención en salud sexual y reproductiva a personas con discapacidad. Sin embargo, la percepción errónea de que estas personas son asexuadas y dependientes es un obstáculo fundamental.
El protocolo incluye recomendaciones para los centros de salud, como respetar los valores culturales y mantener una comunicación directa con la persona que busca atención.
Además, brinda una guía detallada de acciones para garantizar una atención sexual integral que permita eliminar las barreras sociales y ambientales que enfrentan las personas con discapacidad en los hospitales.
Mitos y creencias de la sociedad
León destacó que hay factores sociales como la inaccesibilidad de los espacios físicos, mobiliario no adaptado, las dificultades en la comunicación y la falta de formación adecuada del personal médico. Todo esto limita el acceso a la salud sexual de las adolescentes y mujeres.
“La percepción errónea de considerar a las personas con discapacidad asexuadas, infantilizadas y dependientes es uno de los factores clave que contribuyen a la violación de sus derechos”,dijo León.
El protocolo del Unfpa y el Ministerio de Salud describe una serie de mitos y creencias asociados con las personas con discapacidad:
- La creencia de que son personas asexuadas, sin deseos ni fantasías sexuales
- La idea de que no necesitan mantener relaciones sexuales
- La concepción de que son como niños o niñas, ingenuas
- La percepción de que tienen una sexualidad incontrolable
- La suposición de que no son personas autónomas y no pueden mantener “relaciones normales”.
Recomendaciones
Recomendaciones según el protocolo del Unfpa y el Ministerio de Salud:
- Los servicios de la salud deben respetar los valores culturales, el género y ser respetuosos con las personas.
- Es imprescindible mantener una comunicación directa con la persona que busca atención, sin dirigirse al acompañante.
- Brindarle información sobre ESI en materiales adaptadoas a la condición.
- Respetar sus derechos sexuales y reproductivos.
Con información de Crónica Uno.