EFE – Caracas, 21 de diciembre de 2022. Con la desesperación desbordada, decenas de migrantes, niños y adultos, la mayoría venezolanos, se lanzaron el miércoles al río Bravo en Matamoros, Tamaulipas, para entregarse a las autoridades estadounidenses y buscar que se les permita quedarse en el país.
Dicha situación provocó la movilización de los cuerpos de seguridad de ese país para detenerlos al momento de llegar a su territorio.
Con colchones inflables y algunos salvavidas, mujeres y menores subían a la «lancha» y apoyados en las personas que también están en espera de asilo, pasaron el caudal que anteriormente ha provocado la muerte aquellos que buscan el «sueño americano».

«Han pasado como unas 200 personas. (Estamos) apoyando a los que son de otra nacionalidad para ayudarlos a que pasen porque aquí hay que hacer un trámite y dura mucho», declaró a la agencia de noticias EFE el venezolano, Jonathan Contreras.

En la zona del río Grande, como en Estados Unidos se conoce al afluente que divide a los países, los agentes interceptaban a los que llegaban por esta vía y los conducían a unidades para trasladarlos a otra instancia.