ABC – Caracas, 26 de noviembre del 2022. El gobierno de Joe Biden en Estados Unidos levantó este sábado una parte de las sanciones petroleras a Venezuela, en lo que un alto funcionario definió como un esfuerzo por apoyar y facilitar unas negociaciones entre Nicolás Maduro y la oposición que acaban de reanudarse.
El departamento del Tesoro concede a la petrolera norteamericana Chevron una licencia de seis meses para volver a la producción de petróleo en Venezuela.
La condición es que los beneficios de la nueva producción de crudo se destinen a pagar la deuda de Chevron, y no acaben siendo ingresos para la compañía petrolera estatal de Venezuela, Pdvsa.
Según dijo un alto funcionario de EE.UU. en una llamada con periodistas este sábado:
«Creemos que la mejor solución en Venezuela es una negociación entre las dos partes.
EEUU ha detectado pasos concretos del chavismo
Ese mismo funcionario, que solicitó anonimato para poder hablar de cómo se tomó esta decisión, dijo que Washington ha detectado «pasos concretos» del chavismo en la restauración de la democracia en Venezuela, aunque no dijo cuáles. También afirmó que Biden podría tomar medidas adicionales si Maduro demuestra «su compromiso con unas elecciones libres y justas».
Este levantamiento de sanciones llega después del acercamiento entre Washington y el chavismo en el contexto de un alza del precio del crudo y de la inflación, relacionados con la guerra en Ucrania y las restricciones del coronavirus.
En los márgenes de la reciente cumbre del clima en Egipto, el enviado especial de EE.UU. para asuntos ecológicos, John Kerry, se vio con Maduro, que a principios de año ya recibió en Caracas a emisarios de Biden.
En esa línea, ya a principios de este año, el departamento del Tesoro volvió a permitir a Chevron y a otras empresas estadounidenses realizar el mantenimiento básico de los pozos que operan conjuntamente con Pdvsa.
Las negociaciones entre Maduro y la Plataforma Unitaria, que une al grueso de la oposición venezolana, se reanudaron este mismo sábado en Ciudad de México, tras más de un año de suspensión.
Los contactos se rompieron porque el oficialismo exigió la liberación de Alex Saab, que aguarda juicio en Florida, y a quien se considera el testaferro y conseguidor de Maduro.
El chavismo ha pedido insistentemente la liberación de Saab, que fue extraditado desde Cabo Verde. El mes pasado, Biden ya liberó a dos sobrinos de Cilia Flores, la mujer de Maduro, condenados en 2017 a 18 años de cárcel cada uno por tratar de introducir 800 kilos de cocaína en EE.UU. A cambio, el chavismo liberó a siete norteamericanos, incluidos cinco ejecutivos de la petrolera Citgo, filial del Pdvsa, detenidos en 2017.
Biden quiere acercarse a Maduro
La estrategia de Biden y su equipo ha sido acercarse a Maduro, entablando contacto directo tras los años de ruptura de Donald Trump.
En marzo viajaron a Caracas el encargado de América Latina en el Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Juan González; el embajador norteamericano ante Venezuela, James Story, y el enviado especial del presidente norteamericano para la liberación de rehenes, Roger Carstens, que se vieron con Maduro en persona.
En este acercamiento, Biden ha encontrado oposición no sólo de los republicanos, sino también de algunos demócratas centristas.
Uno de estos últimos que han criticado el deshielo con Caracas es el presidente de la comisión de Exteriores del Senado, Bob Menéndez, quien sábado dijo en un comunicado:
A principios de 2019, Donald Trump impuso una dura ronda de sanciones que prohíben las importaciones de petróleo venezolano y las transacciones en dólares con la petrolera estatal venezolana Pdvsa, una medida destinada a privar al país de dólares del petróleo y apear del poder a Maduro.
Desde que llegaron a la Casa Blanca, Biden y su equipo se han replanteado las sanciones al crudo aplicadas por Trump, que suponen en la práctica un verdadero embargo.
A principios de este mismo año, la agencia de transparencia del Gobierno estadounidense llegó a la conclusión en un polémico informe de que en Venezuela «las sanciones, particularmente a la compañía petrolera estatal en 2019, probablemente contribuyeron a un declive más pronunciado de la economía venezolana, principalmente al limitar los ingresos de la producción de petróleo».